Muchas veces son reflexiones o ideas que llevan en mi mente hace un tiempo, algo con lo que sueño y necesito apuntar en el móvil. Una película, una canción o diálogos de películas. Me llevan directamente a conectar con conversaciones o reflexiones globales, problemas universales. Todos nos preguntamos por qué sufrimos, por qué amamos, qué es el dolor y qué es la culpa. Qué nos hace estar tristes.

Un punto de inspiración muy fuerte también son las conversaciones entre amigos y amigas. En el cine, en tanto que arte, puede tener un componente reivindicativo, hay películas que lo son intencionadamente porque hablan de momentos históricos, etc. y otras que cuentan historias de personajes corrientes, pequeños, que puede ser una ama de casa, una asistente, unas niñxs que pasan el verano… Normalmente encuentro más interés en esas últimas.

En los últimos años hemos visto cómo las narrativas han ido cambiando posicionando a los personajes femeninos en el punto de mira, sobre todo en la edad adulta, un reclamo del momento que estamos viviendo motivado en parte por las propias actrices que pedían personajes más interesantes y que sus vidas como intérpretes no terminaran en la juventud y de ahí ya a ser madre de alguien en las películas… Se me ocurre nombrar ficciones como ‘La vida era eso’ (David Martín de los Santos) o la serie ‘Hacks’ (HBO), que le han dado una vuelta al tema desde diferentes puntos de vista. También influye el hecho de que lxs creadorxs sean más diversos, eso solo puede llevarnos a enriquecer los relatos y los personajes, sin una visión única.

Del último año me interesa mucho cómo lxs directorxs están abordando las relaciones paternofiliales como ‘Aftersun’ de Charlotte Wells. La industria cambia con la sociedad, a veces a demanda y otras veces la ficción audiovisual es la avanzadilla que nos hace ver en pantalla mundos que todavía no conocemos o referentes que necesitábamos.